El Dhrupada
A: Vishnu, preservado, conservador.
U: Shiva, destructor.
El sonido es Dios
En la India se ha valorado en gran medida la espiritualidad. El arte expresa
experiencias internas, manifestándolas en la bella y armoniosa forma de la
música. Por ello en la India la música tiene una dimensión religiosa. Se la ha
considerado un camino para el progreso espiritual, ya que los artistas, al
interpretarlas, trascienden los límites de su persona y se convierten en
vehículos de la inspiración divina. Tradicionalmente, la música estuvo
intrínsecamente ligada a la religión y a la filosofía. Era parte integral del
ritual. Según la filosofía india, el objetivo del hombre es alcanzar moksha,
la liberación, y la música puede ser un camino para conseguirlo mediante lo que
se denomina nadopasana (adoración del sonido).
En la india hay canciones para cada momento de la vida,
para la devoción particular, los ritos de paso, los festivales y la religión
popular. La base de la música india es lo que se llama sangita: una
combinación de música vocal, música instrumental y baile.
Esto se basa en el concepto de nada-brahma,
de que el sonido es Dios. La música surge del Aum, el monosílabo
sagrado. Es la vibración cósmica que mantiene unidos el cielo y la tierra. Es
el nombre místico de la divinidad, el sonido primigenio, que se emplea al
comienzo de las oraciones y de los libros sagrados. Se ha relacionado cada una
de las letras componentes con los dioses de la trimurti o trinidad
hindú: la A es el nombre del dios Vishnu, la U, del dios Shiva y la M, del dios
Brahma.
A: Vishnu, preservado, conservador.
U: Shiva, destructor.